domingo, 17 de mayo de 2015

Cuarto día - Novena al Divino Niño Jesús


En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración Inicial

Señor Dios, Rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas. Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a tu voluntad. Tu hiciste el cielo y la tierra y todo cuanto en ellos se contiene. Tú eres el dueño de todas las cosas. Quién podrá pues resistir a tu Majestad Señor: Dios de nuestros padres: ten misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes. Tú has dicho "Pedid y se os dará. El que pide recibe. Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederá. Pero pedid con fe". Escucha pues nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el cielo. amén.

Consideración

Amor del Niño Jesús a San José, su padre adoptivo

"...Y vino a Nazaret: y les estaba sujeto". (Lc. 2, 51).

Ciertamente que el esposo de María no era el padre natural de Jesús sino la sombra en la tierra de su Padre Celestial. Por ello, el Niño Jesús le profesó a José respeto, veneración y un filial amor.

Amor que se manifestó especialmente en la obediencia. El Evangelio nos cuenta que "les estaba sujeto". Con eso lo dice todo. Durante toda su vida oculta, Jesús es conocido como "el hijo del carpintero". El ayudante capaz y laborioso en el taller de Nazaret, el hijo sumiso a las enseñanzas y normas de su padre legal, a quien llamó con el dulce nombre de papá.

En su infancia, José fue todo para Jesús: su guardián y custodio, pues, recién nacido, lo sabrá defender de Herodes y sus secuaces. Luego será su guía y maestro que lo inicia en la vida religiosa y social de Israel, que le enseña a leer las Sagradas Escrituras.

José, como todo padre judío, supo enseñar a Jesús, desde muy niño, a orar con los salmos, como lo hacían todos los niños israelitas; con paciencia paternal lo fue introduciendo en los usos, costumbres y tradiciones del pueblo de Israel.

Jesús supo retribuirle con inmenso amor y gratitud todos sus cuidados solícitos y estuvo junto a José "sometido a su autoridad paternal hasta que el Santo Patriarca tuvo la dicha de morir en los brazos de Jesús y María.

¡Oh mi adorable Niño Jesús! Regálame la gracia de amar intensamente a San José, el árbol que no dio fruto, pero sí la sombra que te cobijó en la tierra y ahora lo glorificas en el cielo. Que yo también tenga la gracia de pasar de este mundo a la eternidad, asistido por Ti y tu Madre Santísima.


Propósito

"Daré alguna limosna que me cueste para el culto en algún templo o para alguna obra religiosa"


Oración final

Oh Jesús: "Tu has dicho: todo lo que quieras pedir pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado".

Por eso vengo a pedirte con toda fe: Jesús mío, mi amor, mi hermoso Niño: Te amo tanto, Tú lo sabes, pero quiero amarte más, amarte hasta morir.

Ven a mi, Niño Jesús, ven a mi corazón, deja que yo te adore, humildemente arrepentido de mis pecados.

Pastorcito de mi alma: contigo nada me falta, me conduces a fuentes tranquilas y reparas mis fuerzas, Tú me guiarás por el buen camino, por el honor de tu Nombre. aunque camine por sendas oscuras nada temo porque Tu vas conmigo, Tu cetro poderoso me defiende, tu Bondad y tu Misericordia me acompañarán todos los días de mi vida.

Dulce Jesús mío, Divino Niño de mi alma: Soy todo tuyo: tuyo es mi ser pues lo creaste; tuya es mi alma pues la redimiste en la cruz con el precio de tu Sangre. Te proclamo como mi Salvador y mi amigo: Como mi Rey, mi Creador y Redentor.

Te adoro como a mi Dios y Soberano Señor. Demuéstrame una vez más que me amas, oh Niño Jesús y dame tu amor eterno y tu santa bendición, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jesús, José y María, bendecid nuestros hogares.

Jesús, José y María, libradnos de todo mal.

Jesús, José y María, salvad nuestras almas.

Amén, Aleluya. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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