domingo, 17 de mayo de 2015

Octavo día - Novena al Divino Niño Jesús


En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración Inicial

Señor Dios, Rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas. Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a tu voluntad. Tu hiciste el cielo y la tierra y todo cuanto en ellos se contiene. Tú eres el dueño de todas las cosas. Quién podrá pues resistir a tu Majestad Señor: Dios de nuestros padres: ten misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes. Tú has dicho "Pedid y se os dará. El que pide recibe. Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederá. Pero pedid con fe". Escucha pues nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el cielo. amén.

Consideración

Humildad del Niño Jesús

Entonces dijo Jesús: "...aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón". (Mt. 11, 29).

El Niño Jesús fue humilde de corazón. Humilde en su nacimiento, humilde en su infancia, humilde en toda su vida, no queriendo ser reconocido sino como el hijo de un sencillo artesano, "el hijo del carpintero". Más tarde, cargado de oprobios delante de los tribunales de Jerusalén, rodeado de verdugos y calumniadores, no permitió a su corazón el más ligero desahogo.

¡Oh Santísimo Niño Jesús, mi único Modelo, manso y humilde de corazón! Dadme la gracia para que, a ejemplo tuyo, sea también manso y humilde de corazón en todas las penas, enfermedades y contrariedades que en adelante me sobrevengan. Amén.

Propósito

"Apartaré ropas en muy buen estado o alimentos para los pobres y a la primera ocasión visitaré una familia necesitada o algún enfermo".


Oración final

Oh Jesús: "Tu has dicho: todo lo que quieras pedir pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado".

Por eso vengo a pedirte con toda fe: Jesús mío, mi amor, mi hermoso Niño: Te amo tanto, Tú lo sabes, pero quiero amarte más, amarte hasta morir.

Ven a mi, Niño Jesús, ven a mi corazón, deja que yo te adore, humildemente arrepentido de mis pecados.

Pastorcito de mi alma: contigo nada me falta, me conduces a fuentes tranquilas y reparas mis fuerzas, Tú me guiarás por el buen camino, por el honor de tu Nombre. aunque camine por sendas oscuras nada temo porque Tu vas conmigo, Tu cetro poderoso me defiende, tu Bondad y tu Misericordia me acompañarán todos los días de mi vida.

Dulce Jesús mío, Divino Niño de mi alma: Soy todo tuyo: tuyo es mi ser pues lo creaste; tuya es mi alma pues la redimiste en la cruz con el precio de tu Sangre. Te proclamo como mi Salvador y mi amigo: Como mi Rey, mi Creador y Redentor.

Te adoro como a mi Dios y Soberano Señor. Demuéstrame una vez más que me amas, oh Niño Jesús y dame tu amor eterno y tu santa bendición, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jesús, José y María, bendecid nuestros hogares.

Jesús, José y María, libradnos de todo mal.

Jesús, José y María, salvad nuestras almas.

Amén, Aleluya. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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